No sólo nos acompañan, nos adoran y nos son más fieles que los humanos, además, nos aportan beneficiosos a nivel psicológico.
Dejando a un lado que convivir con un perrete mejora nuestra salud física ya que tenemos que salir a pasear con nuestro amigo al menos 3 veces al día, ya son innumerables los estudios que avalan el beneficio mental que su compañía nos aporta en todas las edades.
Uno de estos estudios, por ejemplo, publicado por la Universidad Estatal de Washington, realizó uno que constataba que los niveles de cortisol en universitarios sometidos a estrés -bien por exámenes o en búsqueda del primer empleo-, se reducen significativamente si convivían con perros o gatos. Qué curioso, ¿verdad?
Lo cierto es que si tener un perro fue una elección reflexiva y tu compromiso es real, es decir, que de verdad adoras vivir con tu perro como compañeros de vida, sabes de sobra que su compañía te relaja, te divierte y sientes menos ansiedad en tu día a día.
Como ya hemos dicho, sus beneficios mentales abarcan todas las edades de los humanos. ¡Vamos a por los peques de la casa!
Hace 3 años, la revista Journal of Clinical Child & Adolescent Psychology nos contaba que los peques sometidos a alguna experiencia estresante, lograban disminuir su ansiedad al interactuar brevemente con un perro. No era necesario demasiado tiempo, con solo estar unos minutos con un peludín, su humor mejoraba.
Así, es altamente recomendable también, la convivencia de un niño con TDAH, ya que las terapias en las que se incluyen perros disminuyen la gravedad de los síntomas de dicha enfermedad, pues el can ejerce de calmante solo con su compañía.
Y ¿qué hay de los adultos? Pues la compañía de una mascota también reduce nuestro estrés. Cuando la abrazamos, acariciamos y jugamos con nuestra mascota, nuestra oxitocina aumenta, haciendo que nos sintamos mejor y además, en el caso de mamis y bebés, el vínculo triangular que se llega a establecer con el perrete ¡es maravillosa!
En otros blogs ya hemos hablado de nuestros felices ancianos con sus estupendos amigos de las cuatro patas, su compañía reduce la soledad, fomenta la socialización y su cuidado se convierte en su compromiso y propósito.
En definitiva, que convivir con nuestro peludo ¡mola! Nos hace sentir mejor cuando disfrutamos relajadamente de su compañía, tengamos la edad que tengamos, pues además de despertar a la hormona de la felicidad -oxitocina-, estimula nuestro ánimo y, además, liberamos tanto serotonina como prolactina.
¿A alguien le ha quedado alguna duda…? A nosotros, ninguna, así que acabamos esta entrada de hoy y nos vamos ¡a jugar con nuestro Bicho!
Ya sabes, ¡arrumacos perrunos y mil amores guauguau para tu familia canina y hasta prontito. ¡Muacs y lametazo perruno!