Primero llegó nuestro perro. Con él estuvimos mucho tiempo y todas las atenciones y los mimos fueron para él. Con el tiempo decidisteis ampliar la familia y tener hijos.
¡Felicidades! Es un gran paso, un enorme cambio para toda la familia, y también para vuestro peludo. Ahora toca preparar el terreno para que la convivencia entre el peludín y el bebe no estrese a nadie.
Conviene que antes de la llegada del pequeñín comiences adaptando a tu perro a la situación futura, así que aquí te dejamos algunas pautas que van a ayudaros a todos, en especial a tu peludo, para que no se sienta apartado, ni tenga celos o estrés ante tanto cambio repentino en vuestras rutinas.
Antes de que llegue el bebé a casa
La adaptación de nuestra casa es muy importante cuando se espera la llegada de un bebé, así que deberemos comenzar por los horarios del perro. Nuestro can va a seguir necesitando tus paseos y jugar contigo, además de seguir comiendo y durmiendo en su ritmo habitual. Haz lo posible por no cambiar esas rutinas de modo demasiado drástico.
Cuando ya tengamos montada la habitación del peque, deja que tu peludo entre en ella, que se familiarice con los olores y el entorno, con los muebles y las cosas del bebé, cuidando que no suba a ninguno de ellos, aunque sí debes dejar que se tumbe cerca de su camita y se acostumbre a entrar y salir de la habitación. No debe ver que es un lugar prohibido; al contrario, que entienda que es una ampliación del espacio en el que vive y que debe respetar.
Y muy importante: compagina estas visitas a la habitación con mimos y mucho afecto, premiando por ejemplo que huela la ropa a la que conviene impregnar con un toque de la colonia que utilizaremos en el aseo del bebé, sin que la toque. ¡Eso requiere un mimo o un premio!
Saludos sin saltos, jugar sin que se le escape algún mordisco o arañazo sin querer, van a ser ejercicios a practicar muy útiles con tu perro antes de comenzar a vivir con el peque.
La muestra de objetos del bebé a tu peludín cuando juegas con él, va a facilitar la asociación de satisfactorias experiencias con el olor del futuro miembro de la familia.
Será importante también no dejar a tu cachorro o perro adulto sin compañía durante muchas horas al día.
Sí, ya sabemos que el horario laboral no ayuda y todo lo que nos viene encima menos, pero no puede ver que en los cambios que se introducen está el pasar menos tiempo del que ya está acostumbrado con él. Eso le causaría un bajón en su estado emocional que asociaría a los nuevos elementos, y a posteriori, también vincularía con la llegada del bebé a casa.
Dejarlo con algún familiar o con alguien que conozca que tenga mayor disponibilidad puede ser una buena opción, si realmente necesitas más tiempo para los preparativos y no puedes gestionar mejor tu tiempo.
Una de las mejores experiencias previas para todos, en especial para la madre y el perro, será que pasen tiempo juntos. Ahora es momento en que la pareja, se ocupe de tareas tanto en casa como gestiones fuera, y que mamá y peludo, pasen tiempo juntos de calidad y de relax.
Por ejemplo, una siesta compartida en una agradable alfombra en la habitación del futuro bebé, escuchar música sentada en el sillón de lactancia con nuestro perro a sus pies, o dejar que huela y se habitúe a tener contacto con la barriga de mami, son experiencias que le van a encantar, así como ir introduciendo el nombre del peque en vuestro vocabulario.
Visita al veterinario
Antes de la llegada del recién nacido, deberás realizar además de las visitas regulares a su médico, una revisión completa del perro para asegurarnos de que su estado de salud es óptimo.
En esa visita también podemos aprovechar para hacerle una manicura a fin de evitar arañazos si vas a dejar que se acerque desde el primer momento al peque; cosa que te aconsejamos, ya que, si has seguido las pautas anteriores, el riesgo es mínimo y siempre vas a estar tú junto a los dos.
Piensa que tu perro ya ha tenido tiempo de calidad con vosotros y con todo lo relativo al bebé antes de su llegada a casa.
¡El bebé llega a casa!
Los primeros días de convivencia serán de enorme importancia, y la presentación de ambos, vital para el futuro.
Lo mejor es que el primer contacto sea lo más relajado posible. Nuestro perro va a intentar sí o sí, investigar al bebé y cómo no, lo va a hacer oliendo.
Deja que se acerque, para ello, mejor si primero entráis al peque en casa en su cochecito, dejando que se acerque y os acompañe a su habitación, dejando el carrito allí en el centro mientras el peludo olisquea y vosotros vais preparando todo lo necesario para instalar al bebé, mientras le mostráis vuestros mimos y arrumacos al perro, acariciándolo de modo calmado.
En unos minutos, que uno de vosotros, mejor mamá, salga con vuestro peludo de la habitación para darle chuches. ¡Se las ha ganado! Y también la compañía de mami, que evidentemente, porta consigo el olor del peque. Así no va a sentirse desplazado y lo va ayudar a serenarse después de una experiencia tan nueva para él.
La higiene
Para tener nuestro hogar en las mejores condiciones higiénicas, tenemos que referirnos otra vez a la educación que le impartimos al perro. Según cómo le enseñemos y acostumbremos, será su comportamiento.
Además de la limpieza rutinaria de las zonas comunes de la casa, eliminar el olor característico del perro también es importante tanto para nosotros como para el peque. Así que deberemos recurrir a un baño como mínimo cada 15 días, en el que emplearemos vinagre de manzana mezclado con su champú habitual.
También deberemos asear todos sus juguetes y no mezclarlos con los del peque.
Bueno, pues estos consejos vas a ver como son muuuy útiles, pero recuerda que lo más importante será que el peludo vea al nuevo miembro de la casa como uno más, sin sentir celos ni abandono, para ello, deberás procurar tiempo para que ambos estén juntos en espacios comunes, eso sí, nada de dejarlos solos hasta que veas que realmente existe una aceptación al cien por cien. Y eso, va a llevar un tiempo… así que, paciencia y cariño, ¡muuuucho cariño! Y el éxito va a estar asegurado y vais a ser una familia maravillosa.
Y ya sabes, ¡arrumacos perrunos y mil amores guauguau para tu familia canina!