Rompe cosas, hace sus necesidades en casa o muerde. Aunque pueden parecer los clásicos estos malos comportamientos, es posible que escondan un problema de salud.
Los peludetes son los animales que mayor nivel de domesticación han conseguido mediante la socialización y el adiestramiento, han logrado formar parte de nuestras vidas con mayor o menor adaptación, dependiendo de la raza y también de nuestro compromiso en su educación.
No hay ‘perros imposibles’ ni razón concreta para desesperar cuando el peludo se porta mal. Sin embargo, en ocasiones pueden darse condicionantes o situaciones donde no logra modelar su comportamiento y se porta mal de modo reiterado.
Existen dos opciones claras en las que se dividen las posibles razones para que se pueda parecer incorregible. La primera se basa en sus características genéticas y, la segunda, en una amplio abanico de cuestiones que tienen que ver con su socialización.
Respecto a la genética, ningún perro nace con profundas actitudes agresivas que no puedan ser adiestradas. Si tu perro muestra mucha agresividad, aunque se trate de una raza enérgica, siempre existe un motivo.
Motivos
Tu peludete no habla, si es adoptado podrá acumular vivencias de su pasado que nunca podrás conocer de forma clara y que le producen miedo, estrés, o que no le han permitido desarrollarse de forma óptima.
En los canes puede influir negativamente haber sido separados demasiado pronto de su madre y hermanos. Muchos rasgos de comportamiento social los adquieren en sus primeras semanas de vida.
Contra la idea que podríamos tener de que los cachorros no deben de separarse de sus camadas por una cuestión alimenticia, lo cierto es que la socialización con su propia familia en las semanas posteriores al nacimiento es vital para que el temperamento del perro se ‘programe’ y se generen unas dinámicas de grupo que le acompañarán toda la vida.
Durante el primer desarrollo como cachorro el perro empezará a interactuar con sus hermanos buscando el contacto físico, el acceso a la comida y a la atención para la supervivencia.
Todo esto ocurre de forma instintiva y hace que los perros encuentren su rol de sumisión-dominancia, y otros adquieran un papel más pasivo. Si esta etapa no está bien desarrollada el perro puede arrastrar ciertas carencias sociales básicas que pueden ser trabajadas con un adiestrador profesional o en casa, bien asesorados y con mucha paciencia.
En la etapa más temprana de desarrollo del perrito, en su propia camada, jugará a morder, esa es su primera forma de comunicarse con su entorno, y lo hará en un ámbito natural en el que interactúa con otros cachorros. Así empieza a ser consciente de que hay que controlar la mordida y de los efectos que tiene no hacerlo.
Por otro lado, tu perro podría haber adquirido miedos derivados de malas experiencias del pasado en su etapa joven o ya de adulto. Un perro puede actuar de forma ‘impulsiva’ y sorprendente a raíz de un refuerzo negativo que ejercieron sobre él, con los abusos y castigos de dueños anteriores.
La socialización ¡vital!
Algo tan sencillo como que tu perro salga a la calle y que se relacione con otros perros puede ser la solución que necesitas para que el mal comportamiento que tiene en casa se solucione.
¡Toca pasear, correr y jugar! contigo, desarrollando experiencias vitales diarias constituyen dinámicas sencillas que dan sentido a su vida.
Hay razas que necesitan desgastar mucha energía para no desarrollar en casa estrés o nerviosismo. Salir de casa no solo tiene un objetivo social, el desarrollo físico es muy importante.
Entre los motivos sociales para un mal comportamiento encontramos todos los que tienen que ver con los miedos.
Cuando un perro se porta mal es, generalmente, porque quiere decirte algo, aunque él mismo no sea consciente de qué le preocupa. En casa, los perretes pueden padecer carencias de atención y afecto. No solo el maltrato explícito puede causar un daño en el animal, también el pasar mucho tiempo solito en casa, o que cuando está acompañado no le dediquemos el tiempo que precisa.
Problemas de comportamiento habituales
La mayoría de los problemas de convivencias provocados por perros están relacionados con que no se han compensado debidamente sus instintos y el perro se muestra impulsivo y demuestra un comportamiento sin freno en algunos planos, como por ejemplo en la efusividad.
Que un perro se muestre excitado es algo muy frecuente, sin embargo, eso puede suponer un problema cuando salta sobre las personas, ladra o desarrolla conductas peligrosas que exceden la mera efusividad. ¡Tenemos que controlarlo!
Problema de salud y dolores no localizados
Los problemas de salud nunca son una razón desdeñable, en ocasiones es difícil determinar qué problema físico podría tener el perro, si se trata de un dolor concreto el perro puede resultar esquivo, perder el apetito, o puede producirle ansiedad y conducirle a ser más impulsivo, agresivo o a mantener una conducta que aparente insociabilidad.
¿A alguien le ha quedado alguna duda…? Esperamos que no, nosotros nos vamos a preparar maletas para el finde en camping perruno con nuestro Bicho. ¡Nada le gusta tanto como estar en nuestra compañía!
Ya sabes, ¡arrumacos perrunos y mil amores guauguau para tu familia canina y hasta prontito. ¡Muacs y lametazo perruno!